lunes, 24 de junio de 2024

La superación tiene sus pasos.
Como la vida, tiene altibajos.
Me he exigido más de lo que podía los últimos meses.
He forzado el cuerpo y la mente.
Ahora estoy flotando en la cama, por una parte en paz, por otra con ganas de gritar.
Lo irreal que es, que me hagan sentir viva y a la vez aterrorizada.
No sé qué hacer.
Cuando me doy al placer surgen problemas.
Pierdo el control.
Me condiciona mi perdición.
No sé qué es bueno y qué es malo.

jueves, 13 de junio de 2024

No creas que no le veo.

Me mira y ve algo que los demás también, pero se queda mirando fijamente y más rato.

Me desnuda en alma y eso me hace querer desnudarme en cuerpo.

Y algo me dice que es mutuo.

Su presencia es un bálsamo, es calma. 

Y me siento un torbellino capaz de arrastrarle al paraíso y al infierno al mismo tiempo.

Me dejaría abrazar y acunarme, besaría las cicatrices.

Y sin embargo está vez me pasa algo raro.

Recuerdo los pasos, recuerdo lo bonito y a la vez recuerdo lo malo. 

Las exigencias, el poder de decepcionar, el sacrificio, la falta de libertad absoluta.

Y luego recuerdo también que no sé donde cruzar la línea de mi territorio y el "nuestro" y el suyo.

Y me aterra. 

Me quedo sin aliento.

Ahora no me digo.

Es demasiado Ana.

Y no te mereces, nadie se merece, aguantarte en tu situación.

Ahí surge otra vez, adelanto los malos presagios, me agarro a las comodidades.

Mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer.

Joder que desastre soy ahora mismo.


martes, 11 de junio de 2024

Ana es cuadriculada y soñadora.
Se confunde cuando la dicen "frena, o acelera, o para".
Porque normalmente va paulatinamente.
Se emociona paulatinamente.
Ama paulatinamente.
Se empieza a hacer daño paulatinamente.

La impulsividad surge ante los imprevistos, el descontrol, las críticas, los elogios baratos, las amenazas o los chantajes. 
Ante la imposibilidad de huir, me quedo parada y voy acumulando ira, desengaños, decepción...
Y luego arraso como un huracán y me meto en un pozo sin fondo.
Avisados estaban.
Primero murmuré, luego grité y luego encendí el fuego al enemigo.
El mundo no está hecho para los soñadores cuando sus sueños se hacen pesadillas.
Para los que son ordenados y el caos incendia y aviva las llamas.
No era capaz de anticipar el tiempo, ni leer las almas, ni las malas intenciones.
Soy pura humanidad, lo mejor y lo peor de ella.
Ahora estoy aprendiendo a que el mundo no era como pensaba. 
Intento adaptarme.
Pero ay de los pobres que se creen cuerdos y me dicen que soy una loca bailando bajo la lluvia.
Ay de los creyentes que lanzan monedas a la fuente en la que me sumerjo para rescatar sus deseos y esperanzas hundidas y dejadas al azar.

No soy como ninguna.
Y a la vez igual de única que las demás.


Soy como Afrodita, salida de la espuma del mar, para amar y transformar en amor o dolor lo que puedo tocar.
Para provocar batallas y cambios.
Para aflorar la belleza de lo inmundo, para sacar las imperfecciones de aquello que se dice puro.