Mírame más allá de lo que ves, que no es lo que parece.
No es que todo el mundo esté equivocado.
Ni siquiera sé muy bien si la única que me equivoco soy yo.
Pero no me miran.
Y antes me daban ganas de gritar.
De concluir.
Y hoy solo quiero que me mires, no porque tenga algún ángulo extraordinario.
Es simple.
Me apetece devolverte la mirada.
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