Me diluyo en las pastillas pequeñas y blancas.
Me calman y hacen que desaparezca el pasado y el futuro.
Sólo queda un presente debajo de mi edredón.
Me siento agusto y protegida.
Sola, pero me da igual.
Dormir durante horas hace que no esté en vuestro mundo.
Y el mío por ahora es lo único que me da paz.
Los problemas desaparecen.
Y las culpas.
Y tú.
Hasta que vuelva a despertarme.
En este mundo hostil que me toca vivir.