viernes, 28 de octubre de 2022

Tendríamos que tener un botón de reset.
Para olvidarnos y volver a conocernos.
Para no tener en cuenta que me conociste en un momento complicado.
Para no tener en cuenta sentirme ilusionada y traicionada por las circunstancias.
Para empezar de cero y sin juzgar el pasado.

Nadie es todo bondad o maldad.
La linea gris es lo que es difícil de ver.

No he tenido nada fácil.
Y sin embargo lo pongo fácil para los demás.

La única persona con la que vamos a compartir la vida entera es con nosotros mismos.
Hay que quererse y cuidarse por encima de todo.
Y si tienes un corazón lo suficientemente grande para albergar a más personas, sin esperar nada a cambio, dispuesto a que te lo rompan y tener la fuerza necesaria para irte cuando hace falta…
Ahí es cuando puedes sentirte feliz, entero y en paz.
Y ese es mi aprendizaje y mi meta en la vida.

martes, 25 de octubre de 2022

No saben que ya no tengo miedo a despedirme.

Ni a la competencia.

Ni que no tienen más poder que el que yo quiero dar.

Que me siento entera.

Y que solo busco alguien a quien no me duela decir adiós.

Porque ya me han jodido suficiente.

A mi ya solo me joden en la cama.

Y a mi corazón sólo se llega siendo honesto.

domingo, 23 de octubre de 2022

Domingos de otoño.

Poca luz y largas noches.

La soledad es como un tiro en el pecho.

Hoy me he dejado arrastrar por la melancolía.


Cuando mis manos han bajado.

He pensado en ti.

lunes, 3 de octubre de 2022

Jadeo, me mareo, sonrío.
Muerdo fuerte sin darme cuenta.
Pido que me agarren fuerte.
Que me llenen más y más fuerte.
Que me azoten fuerte.
Me acaricio, mirándole a la cara.
Advirtiendo que no me rompo.
Que intente romperme acaso.
No se lo esperaba.
Parece que soy tan inocente.
Aprieto mis labios y resoplo.
Me tiemblan las piernas.
Se me arquea la espalda.
Y siento que voy a estallar.
Mi vientre se contrae.
Unos segundos que desaparezco del mundo.
No hay droga que se compare con un orgasmo.
No hay nada mejor que verte reflejada en sus ojos.
Y verle perderse al mismo tiempo.
Y suspirar satisfechos.
Y abrazarse cómplices.
Con el sudor del otro en la piel.
Desnudos en cuerpo y alma.

La forma más inmediata de amor caduco.
Pero puro en aquellos minutos.
Siempre querré más.
Nunca será suficiente.

domingo, 2 de octubre de 2022

Llegar a casa sin compañía siempre me disgustó.

No sé estar sola.

Y a la vez hay tan pocas personas dignas de entrar en mi hogar.

Seis años tratándome como una beata y otros tres como puta.

Y otros tantos que me quisieron a medias.

Todos intentando complacer mis caprichos.

Surfeando mis altibajos.

Pero llegaba en paz, un hombro en el que apoyarme si quería.

Y ninguno me supo domesticar.

Ni el buenísimo, ni el malísimo.

Ni el intermedio.

Cuando los tenía a mi merced, me acababa aburriendo.

Nadie, ni nada me llena.

Y siento un vacío terrible.

Y un hambre voraz de contacto humano, una libido animal.

Y unas ganas de soledad después aún mayores.

Me he enamorado tantas veces que igual lo he desgastado.

Al amor, a la paz, a la vida.

Demasiado inteligente para ser feliz, demasiado vaga para serlo.

M estuvo tan cerca de dominarme que se quemó como quien vuela demasiado cerca del sol.

Y lo pagamos caro.

Se me agota la belleza tonta de la suerte genética.

Y aun así todos saben que tengo ese “algo”.

Todos y todas se siguen girando a verme cuando llego a cualquier sitio.

Les fascino porque aún no han visto todas mis cicatrices y mi infierno.

O les espanto porque asoma mi mierda de autoestima.

En realidad soy una narcisista inofensiva.

Que se quiere día si y día no. Todo el rato a medias.

Que busca más el ser querida por méritos propios.

Ya ni tengo fuerzas de ser completamente superficial.

Soy una gata buena por pereza, que busca jugar mientras me queden energías…

Solo puedo decir unas verdades, moriré sola, pero si alguien decide quedarse no se va a a aburrir.

Un imposible que me aguante.

Que pena joder…