Un trozo perfectamente recortado del cielo. Amarillo.
E incandescente.
Inverosímil.
Y en este sofá las horas pasan.
Y cuento algunas de las que quedan.
Cigarro tras cigarro.
Un pequeño terrorista se me tumba en los pies.
Me contagia su apaciguamiento.
Poco a poco empiezo a creer que ya es hora de irse a dormir.