domingo, 27 de mayo de 2018

Humanamente

Aún hay atisbos de vergüenza y dolor al acordarme.

Y tal vez, al ver las letras tan serenas que salen de su mente.
Ese cuerpo tan en equilibrio con la cabeza.
Me podría invadir la ira, pero me da paz.
De la que necesitabas después de mi tormenta.

Me cuesta aceptar la oscuridad innata de mi alma.
Pero al menos, me mantengo a una distancia prudente.
Mirándola de reojo, y a veces acariciándola.
Al fin y al cabo me ha traído hasta aquí.

No seré la criatura más sabia.
Ni la más bondadosa.
Ni la más fácil.
Pero ser, el mismo hecho, sin adjetivo...
Eso, a veces, ya es suficiente.