viernes, 29 de agosto de 2014
Anochece en el atlántico
Te hubiera mostrado la vida en plenitud, sin máscaras.
Sin disfrazarme y apoyar la cabeza en la mesa.
El significado del viejo mundo en ruinas.
Los atardeceres en cuestas infinitas.
La esperanza de alargar los días descansa en la mesilla.
El origen y el desenlace.
Y en mi balcón, se posa el reflejo de mil luces.
No estará en paz el corazón valiente, pues alberga la inquietud de que algún día, tu voz lo haga desbocarse.
Septiembre siempre me vino grande.
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