Deprisa, despacio.
Cuando estábamos bailando, qué felices.
Pero la música se ha parado.
Incapaz de sentarme eché a caminar.
Completamente sola.
Qué miedo más grande.
Cómo me temblaban las piernas.
Hay que seguir caminando.
Corriendo.
Fue en diciembre, recuerdo.
La última vez que llegué al amanecer.
Y pasó.
Se me desgarró el pecho.
Quise vaciarme de todo, de todos.
No espero que nadie me perdone.
Tampoco puedo fustigarme eternamente.
No puedo obligar que entiendan.
No puedo excusarme más.
Seré un maravilloso desastre.
Y nunca dejaré de bailar.