Y es verdad cuando pienso en cada uno.
O igual no quiero a ninguno.
O igual no quiero a ninguno.
Tenemos conquistado este territorio.
Mi cuerpo y mi conciencia.
Mi bragas y mis dramas.
Mi cordura y mi demencia.
Mis raices y mis flores.
Mi magia y mi mesura.
Y yo, tan beata, tan jodida.
Tan mimada por la humanidad.
Cómo me voy a negar.
Cómo elijo qué mitad...
En este frenesí de vida.
Con el buffet completo.
Hasta que tenga que pagar la cuenta e irme por defecto.
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