Adoraba el olor del metro
Era el del rozamiento de las ruedas hasta que A me lo contó
Adoraba el metro pero odiaba la multitud
Crecí cogiendo el metro más bonito del mundo, quizá por eso lo echaba tanto de menos
Ahora sólo echo de menos momentos esporádicos
Ya no disfruto haciendo nada
Sólo bebo para anestesiar
Aunque mi hígado no lo aguante y vaya a peor
Aunque vomite cada despertar
Aunque me pase el día llorando y haciéndome daño
Ya no siento placer por nada
No es mi trastorno, ni mi ansiedad o depresión
Es que mi corazón está destrozado y roto
No quisieron curarlo
Mis labios rotos de Zoe sigue resonando en mi cabeza y lloro cuando lo oigo, intento no oírlo
Nunca me dedicaste una canción, ni una carta, ni siquiera un email
Y aún así me decías que me querías
Mentira, yo te dediqué cientos de escritos, aunque no supieras verlo
No me agradeciste ni uno
No hay comentarios:
Publicar un comentario