martes, 11 de marzo de 2008

En sueños hablo sola

Lágrimas, muy pequeñitas, que se clavan en los ojos, ella parpadea, no entiende nada. Esas lágrimas no son suyas, ni siquiera son de verdad, están echas de cartón, deberían doler menos.
Pero las mira embobada, como caen entre sus manos, no pudimos evitarlo, ella se fue y yo me quedé en su lugar. Aún recuerdo sus gritos.
¡Tú estás loca!
Y entonces me tiró un paquete y se fue corriendo. No la volví a ver.
El paquete era enorme, llevaba dentro tres cuadernos y dos discos. Era mi vida, que por ser tan corta se resumía en tres montones de hojas garabateadas y canciones muy tristes. No recuerdo nada más.
La gente guarda imágenes, fotos en color que observa cuando tiene el tiempo desocupado, las quita el polvo con la manga y se promete volver a ver a sus amigos.
Ella no me prometió nada, ¿voy a olvidarla entonces?



Extraño algo por lo que comportarme como una loca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

vaya, vaya... nunca dejas de aprender cosas de la gente... un abrazo (luis manaya)