lunes, 18 de agosto de 2008

Las sonrisas más dulces, las lagrimas más amargas

Las provocan las personas que llegan de repente a tu vida y rompen todos los esquemas que te habías metido en la cabeza para ser feliz, aquellas que hacen sentirte el ombligo del mundo porque lo que importa  es que estén a tu lado, que te  necesiten, que te alaben, que te miren constantemente, pero, vaya ironía, los protagonistas de tu (tu, tu, tu, tu y tu) película son ellos y tu solo eres un personaje secundario, sufriendo para que la historia acabe bien.
Sigo con mi espiral de pesares, como cuchillos con el filo muy corto y finos como una hoja de papel, capaces de hacer obras de arte atravesando mi piel, la maleta está más que hecha, pero no he tenido fuerzas para salir, físicamente, porque en realidad quería saborear el olor de la estación, un poco agrio y tirarme con los cascos en el asiento, suspirando por las cosas que no llegué a decir antes de irme, y que no voy a decir, claro que no. Ahora estoy con una manta, congelada, temblando y con la cabeza a punto de estallar, sin comida, sin ganas de preparar nada, entre la garganta que no me emite ningún sonido y las ojeras que revelan que estoy hecha polvo... Amando "In a sentimental mood" de Coltrane, que me alivia un poco de entregarme a ideas poco saludables, últimamente ni siquiera me apetece follar. Que te vaya bonito...

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