Se me ha calado el frío en los huesos, a pesar del calor que hace aquí en el salón, quiero que la cama me absorba, enroscarme con el edredón y no salir en días, me atrevería a romper el despertador a martillazos; es de esos ring irritantes y un tic tac fuerte más irritante todavía cuando cuesta conciliar el sueño y yo soy una carita pálida donde destacan las mejillas y la nariz sonrosadas con los ojos cerrándose, agarrada a una taza de té caliente con miel. Y de repente me acordé:
¿Sabes que me recuerda a alguien..?
¿Salvaje quizás?
No sé, no exactamente, o tierno, no, es como...
Si dieran ganas de hacerle un montón de cosas pero todas muy despacito...
¡Sí!
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