martes, 22 de octubre de 2013

Obvio

La esperanza se desvaneció mientras el suelo se abría.

Yo recuerdo aquella felicidad artificial que me consumía por las tardes, hablando del todo y de la nada, sentada en la mugrienta esquina de aquel bar.
Yo recuerdo haber follado en el capó del coche.
Yo recuerdo que una vez no me importó caerme al suelo y romperme las medias mientras las carcajadas me impedían pensar.
Yo recuerdo que solo gastaba dinero en ropa interior, cigarrillos finos y libros.
Yo recuerdo que una vez, tuve pasión por muchas cosas y era realmente buena en todas ellas.

Y ves que la juventud se te escapa de las manos, y que te vas atando poco a poco a todo aquello de lo cual renegaste.

Enredaría mis dedos en tu pelo y tiraría muy fuerte solo para ver cómo reaccionas al dolor.
Hay algo en mi interior que está roto. Hay algo que, aunque parezca que todo va bien, me dice que aún hay días en los que desaparecería de la tierra sin pensarlo y aún hay noches que me bebería todo el desierto.


Habéis sido partícipes de mi tragicomedia, imbéciles.

1 comentario:

zarain dijo...

Confio mas en las balas de verdad que en las de fogueo.

Si vas a tirarle del pelo, asegurate de que antes lo tienes bien cogido por los huevos.

Y no dejes de tirar hasta que ladre.

quizá al final del día alguien te pregunte ¿si vas a salir?