viernes, 28 de octubre de 2016

La noche cae y nos mantiene despiertos.
A los que creemos en esa religión tan peculiar.

Porque a veces no sueño suficiente en esa cama.
Y me apetece ponerme otra cara.

Mi interior está dividido en lo que era, lo que soy y lo que quiero ser.
No sé si me entiendes.
La normalidad está bien.
Casi siempre.
Salvo cuando me doy cuenta de que todo es normal menos yo.
Y ahí quiero salir corriendo.
Porque allí me encuentro salvaje.
Artificialmente feliz.
Un poco menos yo.
Un poco más yo.


Y así las noches pasan.
Mientras me peleo por aceptar la realidad o escapar de ella.

No hay comentarios: