Pasan y pesan los días.
Nada que hacer.
Vueltas y vueltas.
Encerrada con mis demonios.
Hablo con uno, después otro.
Me despierto y no sé dónde estoy.
Me miro desde el techo.
Hastío, bufo cual gato furioso.
Me siento lejos de aquí.
En otro año, en otro bar, en otra yo.
Otra que no soy, otra que si.
No le digo nada, a nadie.
Porque no hemos venido a ser plenos.
Y si pasa, es sólo casualidad.
Y de prestado, me digo, aguanta un poco más.
Un mes más, un mes menos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario