lunes, 18 de septiembre de 2023

Septiembre siempre me vino grande (otro más)

Esta vez no quiero que termine.

Siempre fue el peor y el mejor mes.

El de transición.

El de propósitos.

El de melancolía absoluta.

El del "no sé qué ponerme"

El de inhalar el petricor.

Otro verano que termina sin haber hecho nada de lo que me prometí el anterior.

Pero al menos mi cuerpo me da respuestas.

Mis manos se las van apañando.

Y dedico tiempo para prepararme a la caída de las hojas. A la vuelta del frío. A no sucumbir a la pereza y tener motivos para no desaparecer debajo del edredón más de lo necesario. 

El primer día fue titánico.

Lloré, supliqué y me iba alentando a cada pasito.

Tienes que poder, llevas en la sangre ser una bestia.

Y aun así, la parte que reprimo sigue dando golpecitos en el pecho.

Pero esta vez, si salgo, lo haré sin edulcorar, sin matizar, sin esconder.

Al final se quedarán los que han visto más allá.

Con el alma desnuda, rota y rehecha, ese tirar para adelante contra viento y marea que muy pocos saben pero atesoran y me lo hacen saber con amor y regaño. 

El primer día pasó, me abrí camino entre la jungla.

Gracias a los que me impulsaron a los siguientes senderos….


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