jueves, 13 de junio de 2024

No creas que no le veo.

Me mira y ve algo que los demás también, pero se queda mirando fijamente y más rato.

Me desnuda en alma y eso me hace querer desnudarme en cuerpo.

Y algo me dice que es mutuo.

Su presencia es un bálsamo, es calma. 

Y me siento un torbellino capaz de arrastrarle al paraíso y al infierno al mismo tiempo.

Me dejaría abrazar y acunarme, besaría las cicatrices.

Y sin embargo está vez me pasa algo raro.

Recuerdo los pasos, recuerdo lo bonito y a la vez recuerdo lo malo. 

Las exigencias, el poder de decepcionar, el sacrificio, la falta de libertad absoluta.

Y luego recuerdo también que no sé donde cruzar la línea de mi territorio y el "nuestro" y el suyo.

Y me aterra. 

Me quedo sin aliento.

Ahora no me digo.

Es demasiado Ana.

Y no te mereces, nadie se merece, aguantarte en tu situación.

Ahí surge otra vez, adelanto los malos presagios, me agarro a las comodidades.

Mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer.

Joder que desastre soy ahora mismo.


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